domingo, 1 de febrero de 2009

EL PERFORMANCE ATRAVÉS DEL BUTOH...



Hace algún tiempo, pregunté a uno de los grandes maestros de esta disciplina, con quien he tenido la suerte de trabajar ¿Cuántos tipos de butoh existen?, a lo que el me contestó: Tantos tipos de butoh como intérpretes del mismo existan en el planeta.

Después, poco a poco y conforme indagaba y estudiaba mas la materia, al mismo tiempo que lo vivía en carne propia, descubrí, que el butoh de cada individuo es muy personal, simplemente porque cada historia es diferente tanto socialmente, culturalmente, históricamente, geográficamente, y sobre todo personalmente.

A diferencia de la danza clásica, contemporánea, o incluso el mismo teatro convencional, la danza butoh (o performance butoh) tiende a liberarse de los tecnicismos, marcaciones y la estética a la que estamos acostumbrados, tanto siendo ejecutante de alguna pieza como espectador, lo cual convierte a ambas disciplinas en algo mucho mas complejo y difícil de comprender o ubicar.

Es relativamente muy poca, la gente que ha tenido la oportunidad de vivir el performance a través del butoh directa o indirectamente, así es que; para comprender mejor el terreno que pisamos, daré algunas notas históricas que me parece importante mencionar.

El primer bombardeo nuclear en 1945 sobre objetivos civiles en la historia de la humanidad; en Hiroshima y Nagasaki, trajo consigo la rendición incondicional de Japón ante las fuerzas aliadas. La bomba atómica devastó Japón dejando, sin embargo, una conciencia de humanidad aún más fuerte y arraigada.

Quienes milagrosamente lograron sobrevivir, caminaban mutilados por las calles, algunos con el cuerpo quemado o gris por el efecto de las radiaciones, globos oculares reventados, deformes, con llagas y diferentes laceraciones en la piel, una atmósfera de sangre, enfermedad y dolor. La reacción de asco y repulsión que originó este hecho tan atroz entre los japoneses, es el origen del Butoh, "la danza hacia la oscuridad". Algunos lo clasifican como un paso intermedio entre la danza y el teatro, otros como una poesía grosera.

Sin embargo, uno de los creadores del Butoh, Tatsumi Hijikata (1928-1986) pensaba que su arte, tenía el propósito de recobrar el cuerpo primigenio "el cuerpo que nos ha sido robado".

Así Hijikata, junto con el otro fundador del Butoh llamado Kazuo Ohno (1906-) fueron los primeros en desarrollar una representación única del cuerpo en movimiento, que desafió lo convencional y que hoy es conocida en el mundo entero. Ohno tiene la creencia de que, todas las formas de danza provienen del vientre materno, y que en esa misma fuente es donde aprendió a hacer Butoh. Argumenta que no hace falta pensar, simplemente aprender a hacer conexión y sentirlo desde lo mas profundo.

ESCUCHA A TU CUERPO. A parte de ser otro tipo de teatro o danza, el Butoh sirve como una excelente herramienta, para que el Performer pueda pulir su principal instrumento de trabajo, que naturalmente es el cuerpo. El primer paso, consiste en poner atención a la necesidad de cada fragmento físico e interno. Empezar a ser muy consiente de cada movimiento gestual o corporal. Poner atención a todo lo que hay entre una articulación y otra, entre la muñeca y el codo. El ser humano, puede reconocer sus manos o sus pies, sus ojos o su boca, y todas las partes de su cuerpo por medio de las cuales, se desplaza, toma algún objeto, come o se comunica con los demás, piensa, siente y desarrolla sus actividades. Pero difícilmente puede ser conciente de ese cuerpo, por mucho que lo reconozca para desarrollar sus necesidades.

Una de las facultades principales de la práctica constante de butoh, es despertar el resto de nuestro cuerpo, hacer sentir los músculos, huesos, articulaciones, dedos, uñas, cabello y cada parte de la que no estemos acostumbrados a ser concientes.

Algunos de los principios básicos del Butoh, surgen, no solo de la naturaleza humana, sino también del resto de la naturaleza. El movimiento de los animales, las diferentes calidades del mismo según la especie: los que reptan, los que vuelan, los que nadan, así como: las flores, las piedras, la tierra, el agua, aire, fuego.

El butoh habla mucho, acerca de la memoria corporal y ancestral, de manera que a veces se recurre a nuestro recuerdo de cuerpo mineral, o cuerpo vegetal, animal, para así llegar al último que nos ha tocado, que es el humano.

Es por esto, que algunos espectadores piensan que, la calidad de movimiento dentro del butoh tiende a ser lenta y hasta repetitiva; lo que sucede realmente es, que el Butoh, es una energía controlada, en continua tensión y distensión.

En el butoh jamás hay prisa, por eso es otra manera de hacer performance, ya que, depende un poco del factor sorpresa, de que simplemente suceda, que se derrumben las paredes internas para que de este modo, el alma emerja entre las ruinas y haga que el cuerpo se mueva por inercia. Los entrenamientos tienden a basarse mucho en la improvisación. En algunas ocasiones el acto ocurre dentro del ejecutante, casi como una danza más imaginaria que real.

A veces es necesario hacer ciertas regresiones para llegar al punto que cada Performer necesita para empezar a dejarse llevar. En ocasiones se recurre a los fantasmas o espíritus, a los ancestros, a la flor que nace, crece y se marchita en medio del desierto, a la piedra, a la momia que lleva millones de años enterrada bajo la arena, al grano de arena en medio del mar, la bolsa de agua que se mueve desde el Tandem (que es el centro de nuestro cuerpo) y esparce sus hondas hasta llegar a la punta de los dedos de las manos y los pies, la idea de los hilos del alma saliendo desde diferentes partes del cuerpo, al menos una sola parte, el cuerpo siempre relajado pero en estado de alerta, no puede quedar sin una sola parte que no este colgando de esos hilos tan finos y tan poderosos, la cola remojándose en agua tibia, los ojos que se asoman por la ventana puesta en la coronilla de la cabeza, para poder ver todo y no nada mas la realidad a la que el ser humano esta tan acostumbrado, etcétera.

Todo lo anterior, llevando el cuerpo mas allá de sus límites.

El entrenamiento butoh, tiende a ser arduo e incluso doloroso (física y mentalmente) porque cuando se lleva el cuerpo a su máximo límite, el dolor hace que el ejecutante llegue a lo que comúnmente se conoce como Estado alterado de conciencia, y esto hace que tanto el cuerpo como la cara se empiecen a mover e incluso deformar por inercia, sin que el Performer tenga que hacer absolutamente nada mas, que tener el valor de permitir que suceda.

Ohno también dice que si no nos liberamos de nuestros hábitos, si no los podemos reconocer, no nos será posible permitir que lo involuntario manifieste su sabiduría sutil.

Dentro del butoh, el concepto de belleza es distinto al que impera en Occidente. Se concibe como una belleza silenciosa, discreta o mesurada, sobria, recatada y podría decirse que incluso exótica: La belleza de lo grotesco. Lo que mas puede llegar a cautivar, de este tipo de performance, es ver como cada cuerpo y cada rostro tiene muchas posibilidades que ofrecer al espectador para llenar los sentidos y llegar a las fibras mas sensibles de cada ser.

En el butoh es común ver el cuerpo pintado de blanco, quizás desnudo; pies y cuerpo doblados, entorchados; ojos en blanco que se traducen como llevar la mirada mas allá de una visión periférica; a una visión introspectiva en donde el cuerpo tiene ojos incluso en la espalda y en la nuca. El cuerpo pintado en Japón, tiene una connotación muy fuerte, que hace alusión a la piel enferma y marchita por las radiaciones, aunque, en si el butoh a cobrado diversos simbolismos dependiendo de la cultura, el país o el ejecutante que lo aborda.

En otros casos, la pintura blanca se relaciona como una anulación del cuerpo y también del ego.

Otra de las enseñanzas del gran maestro, es: El butoh inició en Japón y ese fue únicamente el origen. Es absurdo intentar hacer “butoh japonés” en otro lugar del mundo, porque ni vives en medio de ruinas después de la caída de dos bombas, ni estás en medio de gente deforme y mutilada, ni tienes la constitución física y ancestral de un japonés de esa época.

Por eso en el butoh, igual que en el performance como tal, tanto los elementos que se utilicen, la pintura en el cuerpo y todo lo que se ponga en un escenario es contextual, relativo y personal. Aunque quitando los cuerpos pintados, en sí el butoh tiende a ser bastante minimalista.

Los movimientos dentro de este tipo de danza o teatro, no corresponden a la 'ideal' concepción de belleza del ballet o a la musculatura y capacidades físicas que exige generalmente la danza moderna; todo lo contrario. Este es uno de los aspectos más llamativos del butoh, que al intentar romper patrones establecidos o estereotipos, maneja elementos anti-convencionales para lo que se conocía tradicionalmente en occidente como danza.

LOS PRIMEROS PERFORMANCE CON BUTOH.- Tatsumi Hijikata quien, hacía algún tiempo, venía trabajando con Kazuo Ohno, hizo su escandaloso debut coreográfico de butoh en 1959. Su danza se inspiró a partir de la novela de Yukio Mishima Sinjiki (Forbidden Colors), pero fue vetada en el momento por tratar un tema homosexual.

Fue realizada por un hombre joven y otro mayor (Hijikata). Durante el clímax de la obra, una gallina era estrangulada entre las piernas del muchacho acurrucado.

Esta novedosa forma de danza o teatro, iba en contra de toda técnica y además no buscaba darle a la audiencia una sensación placentera, sino exponer una exploración directa a la violencia y la sexualidad, suprimiendo la expresión simbólica de las emociones.

Hijikata bautizó su danza como Ankoku Butoh, la Danza de la Oscuridad. El uso generalizado de la palabra butoh, derivado de buyó, se refería a todas las danzas que no entraran en la categoría de danzas tradicionales del Japón como el vals, el flamenco, etc. El carácter "bu" significa bailar, y "to", dar un paso o pisar. "Ankoku" significa oscuridad. El butoh combina la danza, el teatro, la improvisación e influencias de las tradicionales artes escénicas japonesas; la danza moderna, el expresionismo alemán.

Hijikata también obtuvo inspiración con Jean Genet, Marqués de Sade y el Teatro de la Crueldad de Antonin Artaud. El butoh intenta romper estereotipos o patrones establecidos con una poética que se caracteriza por estar cargada de una profunda filosofía. Nunca ha sido un modo de expresión fijo o establecido, pero la autenticidad del butoh nace de su rechazo a lo completo y la estabilidad haciendo, sin embargo, una forma terminada.

El cuerpo en el butoh hace posible el darle expresión incluso a un cuerpo azotado por la vejez y la enfermedad y esto a primera vista parece referirse, quizás, a una profundización del concepto de danza. El bailador de butoh intenta capturar las sutilezas del alma, entendiendo que la danza es el movimiento del alma que es acompañada por el cuerpo. El alma no está ahí para que a otros les guste. Está ahí para expresar lo que tiene que expresar (Collini).

El butoh implica, entonces, una confrontación entre el alma o la conciencia humana, frente al cuerpo como objeto material. Busca así integrar los elementos dicotómicos del ser como la consciencia/ inconsciencia, el sujeto/el objeto, para permitir que el ser humano individual se exprese en conjunción y libremente; y para sobrepasar la distancia entre los seres humanos y el mundo material en que se desenvuelven.

Uno de sus temas principales es el círculo de la vida y de la muerte, demostrándose como un intento por sobrellevar esa contradicción. El butoh siempre trata de mostrar que hay algo más allá del cuerpo en acción, y mediante un nuevo lenguaje propone una exploración al inconsciente.

Es esa búsqueda de expresión del ser individual, que en cada bailador se manifiesta diferente de acuerdo a sus propias raíces culturales, lo que provoca, entre otras, que bajo el género de butoh se agrupen bailarines japoneses y extranjeros cuyos estilos y puesta en escena son radicalmente distintos. Esto hace muy difícil hallar una definición precisa para este género, y por eso aquí se considera más apropiado el referirse a elementos comunes que se involucran tanto en su representación como en sus fundamentos conceptuales.

La relación tradicional entre el hombre japonés y la naturaleza se expresa a través de muchas de sus formas artísticas. El butoh también se muestra como un intento de recobrar ese lazo vital que se veía quebrantado con los nuevos medios de producción que la industrialización trajo consigo.

De ahí que uno de sus impulsos originarios haya sido el retomar la vitalidad y libertad de las formas artísticas del pasado. De hecho, el Ankoku Butoh es una búsqueda nostálgica de las raíces populares; la nostalgia por la vitalidad que expresan estas formas se hace evidente especialmente en momentos de crisis, cuando hay un choque entre dos concepciones de mundo: una que 'estiliza' o 'civiliza', y otra que busca mantener vivas las expresiones y elementos mas puramente humanos, dejando de lado la represión de sus pasiones.

En el caso del Japón, vemos el resurgimiento de lo grotesco en el ankoku butoh también en el momento en que se entrecruzan dos concepciones de mundo: el Japón de la posguerra llevaba a cuestas la crisis universal del hombre moderno, debatiéndose entre una fuerza que buscaba su 'modernización' al estilo occidental y otra que buscaba resguardar sus tradiciones y recobrar la 'humanidad' que se había visto refundida entre la guerra.

Hay además otro punto primordial: esa vitalidad de las formas carnavalescas de la cultura popular, tiene su máxima expresión en el cuerpo. Lo grotesco 'corporiza' los elementos elevados de la cultura, los vuelve un asunto puramente humano. Según Kuniyoshi el butoh manifiesta uno de los más precisos espíritus críticos en la historia de la conciencia del cuerpo. El butoh se muestra como un intento de 'recobrar' el cuerpo natural, y ello forma parte de esa nostalgia de vitalidad que mencionamos antes.

Aunque no en todas sus manifestaciones el butoh se muestre grotesco, si mantiene una visión importante hacia el cuerpo, una conciencia del mismo, y por lo tanto le otorga un nuevo papel dirigido hacia su libertad.

El Performance Butoh responde a dos necesidades muy personales. La primera, es hacer una fusión entre los dos quehaceres que mas amo: el plástico y el escénico. La segunda, es crear escuchando y sintiendo primero que nada a mi cuerpo. Al templo de mi alma que en algún momento olvidé por completo.

El corazón no es lo único que late en nuestro interior, si ponemos un poco de atención, sentiremos latidos, punzadas y sensaciones diversas en otras zonas de nuestro cuerpo, a las que por alguna extraña razón ignoramos por completo.

El butoh se siente, mas que algo que deba entenderse; simplemente sucede, cuando traspasamos nuestros propios límites físicos y mentales y se produce el famoso estado alterado de conciencia. Esa conciencia de ser y estar en el aquí y el ahora.

Cada danzante de butoh es distinto a otro, y en su acto deben exponer lo más interno de sí mismos; sus vidas, cuerpo y mente. Esto ha generado, naturalmente, una gran variedad de estilos de interpretación y de ahí, también, que haya gran dificultad a la hora de darle una definición al butoh. Por otro lado, además, su evolución como arte ha hecho que muchos de los objetivos iniciales hayan cambiado y por ello resulta difícil hallar una definición global para la estética, la concepción de cuerpo y otros aspectos del butoh, que se adapte desde el Ankoku Butoh hasta el butoh generalizado e internacional.

Uno de los conceptos claves para entender el cuerpo en el butoh es butoh-tai que significa el tener una actitud física y mental que logre integrar los elementos dicotómicos del ser como la consciencia/ inconsciencia, el sujeto/el objeto.

Del butoh-tai se desprende la unión cuerpo-mente en el danzante, que crea o prepara un marco de movimientos y también el espacio físico-mental para unos movimientos no predeterminados en muchos casos: el ser, el entorno espacial y los movimientos no están separados. Es bien sabido que estados físicamente extremos pueden inducir a la hipnosis, al trance y a la disociación del ser. En el butoh se busca esta disociación, la fragmentación y por lo tanto resulta difícil lograr una memoria de la actuación, o una descripción precisa de la misma.

Es una característica que me parece muy especial porque hace de esta disciplina algo performativo y dramático. Lo grotesco dentro del butoh ha encontrado una evolución propia, ubicándose en el interior del Performer, como parte de la vitalidad humana que se encuentra reprimida en su inconsciente. La mirada a lo grotesco en este trabajo no lo situamos a partir de unas imágenes específicas, sino a partir de un retorno a la vitalidad más humana y a una reconsideración del cuerpo.

En la medida en que en el butoh se intentan sacar los elementos más interiores del individuo, estos miedos del japonés en la etapa de la posguerra se pueden o no hacer evidentes en escena. Sin embargo, lo grotesco no se muestra como un mecanismo directamente creado para la expresión de esos miedos, o para dar la imagen de mundo del hombre como sometido a fuerzas temibles exteriores. Aunque a veces así parezca, lo grotesco puede expresar todo lo contrario.

Finalmente, en mi experiencia puedo decir que, el butoh proclama al individuo, trata de darle total libertad, en su forma espiritual, mental y corporal. Lo cual se traduce, en unas palabras a mi parecer muy acertadas, por parte de uno de mis grandes maestros (y que procuro siempre repetirme una y otra vez, y por supuesto poner en práctica) El mundo simplemente se transforma y las cosas dan tremendo giro, en el momento que aprendemos, a no hacer caso, del mas corrupto y absurdo juez, que es el que habita en nuestra cabeza.

BIBLIOGRAFIA:
• Blakeley, Susan. ANKOKU BUTOH. The Premodern and Postmodern Influences on the Dance of Utter Darkness. East Asia Program. Cornell University, New York 1988.
• Kasai, Toshiharu. A Note on Butoh Body. An Excerpt from the Memoir of Hokkaido Institute of Technology, Vol. 28, 2000
• KODANSHA ENCYCLOPEIA OF JAPAN. Tomo 2. Harper & Row Publishers, Inc. New York 1983.
• Kuniyoshi, Kazuko. Performing Arts in Japan Now. Butoh in the Late 1980´s. The Japan Foundation.

2 comentarios:

jandira despierta dijo...
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jandira despierta dijo...

Hola Verónica, mi nombre es Yael y soy argentina. Estoy cursando el primer año de la carrera de profesorado en danzas y tengo que preparar una investigación para la asignatura de "Historia de la Danza".
Te escribo porque voy a tratar el tema del butoh, ya que tuve la experiencia de bailar en un taller durante el año pasado, también hice un seminario y tuve la posibilidad de presenciar una performance.
Más especificamente mi trabajo va a tratar sobre "el butoh como herramienta de sensibilización".
Mi idea es hacer una serie de entrevistas a bailarines y a espectadores, por eso quería saber si estas dispuesta a participar por medio de msn, una vez que yo tenga perfiladas las preguntas.
Avisáme si te interesa,para mi seria un gran honor, no sólo porque sos artista y bailarina de butoh, sino porque estás en la otra punta del mundo y me encanta que tengamos esta posibilidad de intercambio.
Llegué a tu página buscando "butoh" en el google, te cuento para que te quedes tranquila.
Mi mail es yaela@hotmail.com y mi blog (pequeño y recién nacido) es www.nacerincesante.blogspot.com